Mendoza se ha convertido en una de las regiones productoras de vino más dinámicas del mundo, con una envidiable diversidad de variedades de uva, muchas de las cuales se plantan a gran altitud. Los largos veranos hacen que los vinos tengan una fruta de sabor maravillosamente puro, y el vino insignia, Viñalba Malbec Gran Reservado es un ejemplo sobresaliente de ello. La filosofía de Hervé J Fabre es equilibrar potencia y elegancia. El paladar es suave y rico, con suaves frutos negros y sutiles sabores a roble.